El Parc Jean-Drapeau sigue consolidándose como un destino imperdible en cualquier temporada gracias a una experiencia inmersiva que une naturaleza, arte y reflexión. En esta ocasión, tres esculturas monumentales creadas por Mosaïcultures internationales de Montréal invitan a redescubrir la riqueza paisajística y cultural del parque a través de una caminata que asombra a visitantes de todas las edades.
🌍 La Tierra Madre: un homenaje vivo a la naturaleza
Con sus imponentes 11 metros de altura, esta escultura representa a una figura femenina de ojos cerrados y gesto sereno, de cuyo brazo fluye una cascada de agua. Inspirada en las tradiciones indígenas y en figuras universales como Pachamama, Gaïa o Terra Mater, La Tierra Madre rinde homenaje a la fuente de toda vida.
Esta obra, además de ser una maravilla visual, ha sido reconocida internacionalmente por su poder simbólico y ecológico. En 2013 fue galardonada con el Gran Premio del Público en las Mosaïcultures de Montréal, el Premio Frédéric Back y el Premio de Honor de Pekín en la Exposición Internacional de Jardines de China.
Ahora instalada de forma permanente en el Parc Jean-Drapeau, esta escultura invita a reflexionar sobre nuestra relación con el planeta y el equilibrio que debemos preservar.

🌳 El hombre que plantaba árboles: cuando una historia inspira acción
Basada en la célebre obra de Jean Giono y el cortometraje animado de Frédéric Back (ganador del Oscar en 1988), esta escultura rinde tributo a Elzéard Bouffier, un pastor que, con determinación, transforma un paisaje árido en un bosque exuberante.
Creada con más de 100,000 plantas, esta pieza no solo embellece el entorno, sino que inspira esperanza, perseverancia y el poder del cambio individual. La obra fue premiada con el Gran Prix d’honneur y el Premio del Público en Hamamatsu, Japón, en 2009.

🤝 Las seis paires de YY: arte que une pasado y presente
Distribuidas por las islas Sainte-Hélène y Notre-Dame, estas esculturas toman forma a partir del logotipo del Parc Jean-Drapeau, inspirado en la Expo 67 y su lema Terre des Hommes.
Cada pareja de figuras representa la colaboración, la unidad y la diversidad humana, integrándose armoniosamente con el paisaje y ofreciendo un recorrido poético entre naturaleza, arte y memoria histórica.
Estas obras hacen del Parc Jean-Drapeau mucho más que un espacio verde: lo convierten en un museo al aire libre, donde cada paso invita a la contemplación y el descubrimiento.
📍 Tip: No olvides llevar tu cámara, calzado cómodo y ¡prepararte para maravillarte!
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