El 2 de noviembre Montreal elegirá a su próxima persona al mando de la ciudad. Pero antes de votar, vale la pena preguntarse: ¿qué tanto poder tiene un alcalde o alcaldesa para resolver los grandes problemas que enfrentamos?
Lo que sí controla el municipio
En el día a día, el Ayuntamiento se encarga de cosas que usamos sin pensarlo:
- El agua potable que sale de la llave.
- La recolección de basura y nieve.
- El mantenimiento de calles, parques y espacios públicos.
En pocas palabras: lo básico para que la ciudad funcione.
Lo que no está en sus manos
Temas como la salud, la educación, la inmigración o gran parte de las políticas de vivienda no dependen del municipio, sino del gobierno provincial y federal.
Aun así, los problemas terminan llegando a la ciudad: más personas en situación de calle, menos viviendas accesibles, consumo de drogas o transporte saturado.
El gran reto: el dinero
Aquí está uno de los límites más importantes. Montreal depende sobre todo de los impuestos a la propiedad, mientras que los gobiernos provincial y federal recaudan mucho más gracias a impuestos sobre ingresos y consumo.
El resultado es un desequilibrio: las ciudades gestionan más del 60 % de la infraestructura pública, pero reciben apenas 8 a 10 centavos de cada dólar de impuestos recaudado en Canadá.
Por eso, muchas voces —incluida la Federación Canadiense de Municipalidades— piden más fondos federales para que Montreal y otras ciudades puedan responder a sus desafíos.
Cuando hay trabajo en equipo, se nota
Aunque el poder de un alcalde es limitado, sí hay margen para avanzar.
Un ejemplo es la Misión Old Brewery, el albergue más grande de la ciudad. Su último proyecto de vivienda fue posible gracias a la colaboración entre municipio, provincia, federación y organizaciones comunitarias.
Además, el Ayuntamiento tiene un arma poderosa: el control del uso de suelo y la zonificación. Eso significa que puede facilitar o frenar la construcción de proyectos de vivienda y de transporte.
Tu voto sí importa
En las elecciones municipales de 2021, solo votó el 38 % de la gente con derecho a hacerlo. En comparación, el 69 % participó en las elecciones federales.
Y, sin embargo, lo municipal toca lo más cercano a nuestra vida diaria: nuestras calles, nuestros servicios y la forma en la que crece la ciudad.
Este 2 de noviembre, al votar, no solo elegimos a una figura política: elegimos quién defenderá las prioridades de Montreal frente al resto de los gobiernos.
Porque lo que pasa en el Ayuntamiento se refleja justo aquí: en nuestro barrio, con nuestros vecinos y en nuestra vida cotidiana.